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Mostrando entradas de septiembre, 2019

Darius Chewbacca Salem de Jesús

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Hace tiempo, no recuerdo exactamente cuánto, casi cuatro años, pasó. Esa noche me convertí en gato, me escabullí por los techos, corrí entre la grama y encontré un gato amarillo que sabía que quería fuera mi siempre. Y así fue como pasó, esa noche nos unimos, cantamos a la luna, juntamos nuestras colas en un delicioso ritual y con los ruidos más grotescos para otros y más sublimes para nosotros, te concebimos. Te gesté durante unos meses, te di vida en mi interior con mi deseo de tenerte entre mis brazos, te deseé, te vi en el rostro de cada pequeño gato asustado de la calle, pero no fue hasta el 12 de febrero del 2016 cundo naciste para mí. Probablemente tendrías uno o dos meses ya, pero ese día en que nos encontramos los tres en la escaleras del que era uno de mis mejores amigos (quizás aún lo sea sin importar nada), fue el día de nuestro nacimiento; tu nacimiento como el bebé más amado del mundo, y nuestro nacimiento como padres del cachorro más listo y amoroso jamás visto.

Monstruos bajo el mar

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Se agita bajo el mar, mueve el agua a su alrededor, sisea, danza, la marea roza su piel y la acaricia, todo está bien debajo del agua, pero siempre queremos más. Y así sube a la superficie, mira el sol, el cielo azul, El cielo es tan profundo como su mar, o eso parece, Respira el aire fresco con olor a flores. En ese momento lo vi, ese monstruo que será mi pesadilla, Una burla constante a mis sueños, invasivo, Me arrastro entre sus siseos y repta sobre mí. Es una serpiente de agua, con su piel brillante y sus tonos grises, Es un monstruo del mar, con su sabor salado y olor a profundidad, Es la perdición dentro de sus ojos, como quien navega hasta el infinito. No importa cuánto le sueñe, siempre es igual, Siempre me arrastra a su territorio, Siempre me lleva hasta sus cercanías y me hunde. Así fue la primera vez que la vi, a esa sirena, ese monstruo, Su cabello largo y platinado en tonos grises, Y sus ojos, color azul profundo que me hunde e