Darius Chewbacca Salem de Jesús

Hace tiempo, no recuerdo exactamente cuánto, casi cuatro años, pasó. Esa noche me convertí en gato, me escabullí por los techos, corrí entre la grama y encontré un gato amarillo que sabía que quería fuera mi siempre. Y así fue como pasó, esa noche nos unimos, cantamos a la luna, juntamos nuestras colas en un delicioso ritual y con los ruidos más grotescos para otros y más sublimes para nosotros, te concebimos. Te gesté durante unos meses, te di vida en mi interior con mi deseo de tenerte entre mis brazos, te deseé, te vi en el rostro de cada pequeño gato asustado de la calle, pero no fue hasta el 12 de febrero del 2016 cundo naciste para mí. Probablemente tendrías uno o dos meses ya, pero ese día en que nos encontramos los tres en la escaleras del que era uno de mis mejores amigos (quizás aún lo sea sin importar nada), fue el día de nuestro nacimiento; tu nacimiento como el bebé más amado del mundo, y nuestro nacimiento como padres del cachorro más listo y amoroso jamás visto. ...