Siguiente, siguiente, siguiente...
Se siente mal caminar en un cuerpo que no parece el tuyo, hasta que duele, hasta que quema.
Entonces lo
identificas, pero no lo aceptas porque es repulsivo en lo que te conviertes.
Si, eres un depredador, estás en la cima de la cadena alimenticia, o eso dicen;
pero te sientes un cordero dispuesto a ser degollado.
Basta,
debes aprender a dejar ir cuando hay cosas que no puedes tolerar, o irte tú. Ya
vete. Hay cosas que no puedes cambiar, otras que no debes, y otras que no son
tu problema. Y entonces, es donde todo se descontrola.
Sigue
caminando, aunque por ahora solo seas una huésped en tu propio cuerpo. Podrás
poseerlo, domarlo y hacerlo tuyo, y cuando eso pase, no habrá nada que se
resista.
Mientras,
solo sonríe, respira, y di “siguiente”.
Comentarios
Publicar un comentario